Existe mucha controversia sobre si es saludable o no el consumo de soja durante la menopausia.
Según estudios científicos podemos extraer la siguiente conclusión: la soja es buena para las mujeres asiáticas, pero no para las caucásicas.
La explicación la encontramos en las diferencias de sus microbiotas.
Para que la soja sea activa, es decir, para que sus fitoestrógenos isoflavonas tengan actividad estrogénica en el cuerpo, han de pasar por el intestino y, gracias a las bacterias intestinales, convertirse en un compuesto llamado S-equol. Esto solo sucede de forma eficaz en las mujeres asiáticas, quienes en su microbiota tienen más bacterias que pueden producir S-equol a diferencia de la microbiota de las mujeres europeas.
Por eso muchas mujeres que consumen suplementos de fitoestrógenos comentan que no notan ningún beneficio.
Ahora ya lo sabes, si tu microbiota no es diversa no podrá producir S-equol a partir de estos fitoestrógenos y por lo tanto, no serán activos.
Lo que nos interesa en cualquier caso, es subir los niveles de S-equol porque tiene muchos beneficios. Pero de eso ya hablaremos otro día.