En la segunda fase, se eliminan los estrógenos y los andrógenos del cuerpo. Esto lo hace el hígado mediante unas enzimas que unen las hormonas a las sales biliares.
Las enzimas de la fase II se encargan de llevar a cabo procesos indispensables que actúan como embudos para la eliminación de los estrógenos a través de las heces. Estas fases son la metilación, sulfatación y glucuronización.
Sabrás que metilas lento si:
▪ Tienes dolor de cabeza, migrañas o contracturas a medio ciclo menstrual
▪ Tienes dolor en la articulación temporomandibular (ATM)
▪ Eres perfeccionista, autoexigente, planificador, obsesivo…
▪ Cuando tomas café tienes taquicardia, estás nervioso y no puedes dormir
▪ En épocas de estrés, tienes caspa, dolor de cabeza, diarreas, eczemas
▪ Tienes fatiga crónica o fibromialgia
Sabrás que sulfatas lento si:
▪ Tienes digestiones lentas, pesadas o colon irritable
▪ Te sienta mal el zumo de naranja
▪ Te cuesta digerir las legumbres y la lechuga
▪ No te sienta bien el pimiento rojo, el brócoli o el pepino y te repiten el ajo y la cebolla
▪ Reaccionas a los sulfitos
▪ Después de tomar espárragos, tu orina huele fuerte
Sabrás que glucuronizas lento si:
▪ Tienes síntomas de exceso de andrógenos
▪ Tienes la parte blanca de los ojos y la piel de tono amarillento
▪ Te notas cansado
▪ Tienes dificultad para concentrarte y pensar con claridad
▪ Tienes picor en el cuerpo
Es imprescindible que todas las fases funcionen de forma correcta para poder recuperar el equilibrio hormonal. Por ello, si has detectado que alguna de las fases no funcionan correctamente, te recomendamos que te visites con algún profesional para detectar el origen del problema.