Cuando se realiza la prueba del test espirado, es muy común que miren si tenemos intolerancia a la fructosa y al sorbitol. ¿Sabes por qué?
La fructosa y el sorbitol se absorben en el intestino delgado gracias al mismo transportador, el GLUT-5. Por lo tanto, si por alguna razón este transportador está dañado, tanto la absorción de la fructosa como la del sorbitol se verán afectadas.
A pesar de ello, la fructosa tiene un sistema un poco más complejo, ya que no utiliza únicamente el GLUT-5 como transportador, sino que también usa el GLUT-2. Este transportador, además, también ayuda a la glucosa y a la galactosa a pasar de la célula a la sangre.
Curiosamente, cuando este transportador se activa por la presencia de glucosa, también aumenta su capacidad de absorber fructosa. Por lo tanto, en presencia de glucosa somos capaces de absorber y tolerar cantidades de fructosa más elevadas, ya que esta se absorberá a través de ambos transportadores, el GLUT-5 y el GLUT-2. Sin embargo, si no tenemos presencia de glucosa, el único transportador que utilizará la fructosa será el GLUT-5.
Por esta razón, el azúcar normal o sacarosa, que está compuesto por fructosa y glucosa, se absorbe y tolera mejor que otros azúcares.
Si, por el contrario, se ingiere una mezcla de sorbitol y fructosa, la absorción se dificultará aún más, ya que los dos competirán por el transportador GLUT-5.
“Ahora comprendo a mi abuela cuando me decía que le sentaba mejor comer sandía o melocotones acompañados con pan o con una tostada.” Esto quizá se lo hayas oído contar a Xevi alguna vez en alguna de sus ponencias, y es que el pan rico en almidones (cadenas de azúcares) favorece la absorción de la fructosa de la fruta, y da menos gases e hinchazón abdominal.
Curioso ¿verdad?