Atención, intolerantes a la lactosa: ¡Feta, cheddar y gruyère también están permitidos!
¿Cuánto tiempo llevas sin tomar queso porque piensas que te sentará mal? Si eres intolerante a la lactosa, esto significa que fabricas una cantidad insuficiente de lactasa, que es una enzima que se encuentra en el intestino delgado y que digiere la lactosa.
De este modo, al no contar con su trabajo, la lactosa sigue hasta el intestino grueso y allí es fermentada por nuestras bacterias, lo que genera mucha sintomatología digestiva: gases, hinchazón y dolores abdominales, diarrea o incluso estreñimiento.
¿Recuerdas que te expliqué que la mozzarella, el brie y el camembert eran quesos bajos en lácteos? Pues ¡seguimos con las buenas noticias! También puedes permitirte tomar un poco de queso feta, cheddar o gruyère, aunque no toleres bien la lactosa.
Según la Monash University, estos quesos contienen cantidades muy pequeñas de lactosa y, por lo tanto, si los tomas en cantidades razonables (1 ración o 40 g) no sentirás toda esa sintomatología digestiva tan molesta que te provocan los lácteos.
Recuerda que no necesitas abandonar la lactosa para el resto de la vida. Lo que necesitas es recuperar la capacidad para gestionarla –reparar el intestino– y luego volver a beneficiarte de su valioso poder prebiótico.
¿Ya has intentado incorporar un poco de queso? ¿Cómo te ha sentado?