¿Eres de los que cuando tomas un bol de cerezas te llenas de gases o necesitas salir corriendo al baño? Es probable que tengas lo que se conoce como “intolerancia a la fructosa”.
Los alimentos ricos en fructosa necesitan de transportadores intestinales para absorberse, concretamente el GLUT 2 y el GLUT 5. Si eres intolerante a la fructosa, tienes problemas con estos transportadores y, al no poder absorber este azúcar, aparecen síntomas como heces pastosas, gases, hinchazón abdominal...
Lo que necesitas para volver a tomar cerezas o espárragos tranquilamente es reparar tu intestino y ayudar a que estos transportadores funcionen correctamente. ¡No hace falta que elimines la fructosa para siempre!
Seguramente cuando tienes problemas digestivos uno de tus comodines sea la manzanilla. Pero, ¿sabías que contiene apigenina, un flavonoide que inhibe el funcionamiento de los transportadores de fructosa?
Por eso, si crees que tu malestar digestivo se debe a una intolerancia a la fructosa, no te lances a tomar una infusión de manzanilla para deshincharte, mejor prueba con una de jengibre