Muchas personas me dicen a menudo: “Xevi, ceno un poco de fruta y aumento de peso… ¡Si parece que hasta el aire que respiro me engorda!”
Es sabido que, a medida que envejecemos, cada vez es más fácil ganar peso. Aunque son varios los mecanismos que intervienen en este tema tan complejo, hay un aspecto que debes atender sí o sí.
¿Sabías que las bacterias de tu intestino están directamente implicadas en el destino de las calorías que consumes? ¿Y que con el paso del tiempo la configuración de la microbiota va cambiando hacia un tipo que favorece el sobrepeso?
Además de tener menor diversidad bacteriana, las personas mayores tienen un desequilibrio entre los grupos de bacterias firmicutes y bacteroidetes.
El 90% de las bacterias del intestino son bacteroidetes o firmicutes. Aunque existen diversas hipótesis, los científicos parecen estar de acuerdo en que las personas con sobrepeso tienen más firmicutes, que son especialistas en fermentar hidratos de carbono. Con el paso del tiempo, generamos más firmicutes que bacteroidetes.
Para reducir los firmicutes, recomiendo:
◼ No abusar de los cereales, la fruta y las legumbres. Esas cinco piezas de fruta al día quizás no sean la mejor opción para tus bacterias.
◼ Comer alimentos ricos en quercetina y elagitaninos, dos polifenoles que reducen los firmicutes: cebolla, ajo, manzana, espárragos, trigo sarraceno, granada, arándanos, frambuesas.
◼ Seguir una dieta sin gluten, pues los cereales con gluten aumentan los firmicutes.
Y, como siempre, no te olvides de llevar un estilo de vida activo y de asegurarte un rato de contacto directo con el sol, pues la vitamina D ayuda a incrementar los bacteroidetes.