El miedo a perder masa muscular es una de las preocupaciones más extendidas cuando se habla del ayuno. Pero la larga experiencia en humanos y en ensayos clínicos muestran exactamente lo contrario en los ayunos breves como es el ayuno intermitente.
Pero no debes preocuparte, ya que durante un ayuno corto, bien pautado y con sentido, la insulina disminuye , y aumentan otras hormonas que favorecen el uso de grasa corporal como fuente de combustible. Una vez que tu cuerpo haya consumido todos los aminoácidos y glucógeno almacenado sí que empezará a utilizar tus reservas de proteína.
Pero esto no sucede hasta pasadas las 24 horas de ayuno (y como ya comentamos en posts anteriores, nosotros recomendamos de forma general los ayunos de 12h, o los de 16 o 18 horas (siempre bajo recomendación de un profesional de la salud).
Como siempre decimos: dale importancia al resto de rutinas que hagas durante el día. Come saludable, realiza ejercicio físico y mantén a raya tus niveles de estrés.
Eso sí, ten cuidado con ayunos más prolongados ya que esos sí que podrían hacer peligrar tu músculo.
Así que rehúye de dietas tipo detox extremadamente bajas en calorías o ayunos más largos, de entre 24 y 36h.